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EL TRABAJO POR LA PAZ NO ES PARA COBARDES


Hay quien sostiene que las personas nacemos con una fuerte dosis de disposición a la violencia en cualquiera de sus formas y manifestaciones, y considerando el baño de sangre que empapa desde hace varios años a nuestra Patria, pareciera que tienen razón. Sin embargo, muchos le apostamos a la cultura de la no violencia, al diálogo, la tolerancia, el respeto, la inclusión, la pluralidad, la solidaridad y la colaboración, como estrategias para la convivencia armónica.
Nuestro país está viviendo la más cruenta experiencia de violencia de toda su historia, sin que se vislumbre por ahora una posibilidad real de superar esta crisis, se ha propuesto la cadena perpetua para los secuestradores y asesinos como vía de solución al problema, pero parece que esto les hace cosquillas a los delincuentes. 
Ante estas desafortunadas ofertas, la sociedad civil ha decidido por un ¡ya basta! a la violencia que tiene secuestrada a nuestra sociedad. En este ambiente, la alternativa sigue siendo la no violencia activa, incluida la desobediencia civil, como alternativa seria para resolver el conflicto sin el empleo de las armas. 
La historia nos enseña que el camino de la no violencia activa llevó a Gandhi a encabezar la liberación de la India, recurriendo solamente al uso de estrategias civiles incluidas la desobediencia y la creación de entidades de gobierno paralelo. Muchos otros grandes hombres han recurrido a este conjunto de estrategias para combatir la violencia y restablecer el estado de derecho, la independencia, la justicia y la libertad de los pueblos.
La historia registra en el 494 a. de C. La Huelga de Los Plebeyos; en 1867 Hungría logró arrancar su autonomía a Austria; Finlandia consiguió en 1905 una relativa independencia de la Rusia zarista; en 1940 India y Pakistán consiguieron su liberación; en 1955 en EU el reverendo Martin Luther King prácticamente abolió el segregacionismo racial; en 1980 Lech Valesa en Polonia logró poner fin al régimen comunista de su país; y Nelson Mandela, venció el apartheid en Sudáfrica llegando a ser presidente de su país (1994-1999).
En diversas poblaciones los ciudadanos han marchado contra la violencia, pero no ha pasado nada después. Mundialmente se ha establecido el día 2 de octubre, como el Día Internacional de la No Violencia. Sin embargo, la violencia de los menos ha lastimado la paz y tranquilidad de los más. Tan fácil que sería solucionar el problema si tan sólo volviésemos sobre nuestros pasos y revisitáramos los viejos códigos de ética y moral y diésemos vigencia al mandamiento universal “No matarás”.
Sin embargo, parece que estoy proponiendo lo imposible, lo que nadie está dispuesto a hacer, pareciera que lo deseable sería precisamente lo contrario, la pena de muerte o cuando menos la cadena perpetua, o la mutilación. Esto me plantea preguntas como: ¿Cuándo inició esta ola de violencia en México? ¿Qué ocurrió con el trabajo, la honradez y el ahorro que eran nuestras divisas y normas de conducta? Nosotros solíamos pensar que éramos un pueblo valiente, de gran corazón, comprometidos con la libertad y la justicia para todos. ¿Cuándo perdimos nuestra seguridad? ¿Cuándo empezamos a darnos cuenta que vivimos en una gran zona de miedo habitada por pandilleros y narcotraficantes, asesinos, sociópatas, depredadores sexuales, y gente que odia el trabajo y la libertad? ¿En qué punto empezamos a vivir bajo sitio? ¿Dónde quedaron los héroes en mangas de camisa? 
Estos son tiempos vacíos, tiempos de corrupción e impunidad, la honestidad es una palabra que viene en el diccionario, eso es, solamente eso es, y esto es un gran problema para los mexicanos, porque un pueblo asustado es un pueblo peligroso. 
Cuando Gandhi escribió que la resistencia no violenta debe ser "no menos valiente, no menos gloriosa que la resistencia violenta" él nos dejó esta enseñanza ¡el trabajo por la paz no es para cobardes!

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